Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

domingo, 6 de junio de 2010

Dame un silbidito, y siempre tu conciencia mandará… Pepito Grillo en la empresa.

Este fin de semana estaba reflexionando con los alumnos del master de dirección de personas de la Universidad Católica y surgió el tema de los objetivos que tenemos profesionales y cómo cumplirlos. La larga lista que tenemos: aprender inglés, mejorar mi dominio del ordenador, mejorar mi actitud hacia las nuevas tecnologías, formarme más en trabajar en equipo, controlar mejor mi emocionalidad o mejorar mi inteligencia emocional…. y así muchos más. Claro con toda esta lista lo que suele pasar es que no cumplimos ninguno. Sin embargo, de repente viene alguien de fuera que apenas conoces, y con muy poco es capaz de hacerte reflexionar sobre todo esto, e incluso de impulsarte hacia el cambio. Y eso pareció que estaba pasando en la clase. Comenzaron a salir objetivos y reflexiones sobre el por qué no nos decidimos a dar ese pequeño paso que condiciona a veces un gran cambio. Y nos vamos cargando de energía. Y el proceso es recíproco, de modo que conforme plasmo los ejercicios en clase, caigo yo mismo en la trampa. Y claro, siempre me llevo algún regalo también. Eso es lo bueno de esta profesión.
Solemos decir que el coach es una especie de Pepito Grillo (Pepe Grillo en Latinoamérica) que emerge como la conciencia del profesional con el que trabaja. Pepito Grillo es un personaje que el Hada Azul manda como conciencia y guía del buen camino de Pinocho. El personaje que le ayuda en las dificultades de la vida, el que le facilita el “darse cuenta” de las situaciones por las que pasa.
Todos necesitamos en algún momento de nuestro camino ese silbidito. “No olvides de silbar, no basta soplar…Dame un silbidito… y siempre tu conciencia mandará”
Igual hoy es ese día para dar ese paso…



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