Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

martes, 23 de julio de 2013

Solo sé que no puedo hacer nada… ¿Cambiamos el chip?

Hace mucho tiempo, concretamente en 1967, Overmaier y Seligman demostraron a través de una serie de experimentos científicos, que cuando se nos expone a una situación donde no tenemos opción de control ninguna, perdemos en cierto modo la referencia para posteriores actuaciones. Es decir, que cuando se da el caso que sí tenemos opciones de control, resulta que creemos que no las tenemos al haber sido expuesto al shock de las anteriores experiencias negativas. A este fenómeno se le llamo “indefensión aprendida”, es decir, acabamos aprendiendo que no se puede hacer nada.
No hay peor estado para un país que el de la indefensión aprendida, pues el ciudadano entonces percibe que no tiene ningún tipo de control.  Y no hacer falta mirar muy lejos para comprender el grado en que este fenómeno tan sumamente perjudicial se ha instaurado en nuestro país: política, educación, administración pública, sanidad, creación de nuevas empresas, etc…

miércoles, 3 de julio de 2013

Perspectiva, nos hace falta perspectiva… ¡aproveche el verano!

Como una maraña, día a día nos vamos colando en el entramado de una serie de comportamientos que nos alejan de nuestros objetivos más generales que un buen día nos planteamos con firme convicción. Si hemos sabido gobernar bien el timón en el tiempo, esos comportamientos nos llevarán a nuestros objetivos. Pero si el viento y el contexto nos han hecho zozobrar más de una vez, seguramente hemos perdido la línea a seguir. Nada mejor que un pequeño parón para volver a recuperar la perspectiva. La mente y el cuerpo lo necesitan pues son años duros de mensajes negativos, de contextos asfixiantes y al final aunque digamos que somos resilientes y fuertes no dejamos de ser humanos. Por lo tanto, por un lado está la sana desconexión. Pero por otro, más allá de los aspectos de salud, está el volver a recuperar el timón de hacia dónde queremos y podemos ir.