Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

miércoles, 3 de julio de 2013

Perspectiva, nos hace falta perspectiva… ¡aproveche el verano!

Como una maraña, día a día nos vamos colando en el entramado de una serie de comportamientos que nos alejan de nuestros objetivos más generales que un buen día nos planteamos con firme convicción. Si hemos sabido gobernar bien el timón en el tiempo, esos comportamientos nos llevarán a nuestros objetivos. Pero si el viento y el contexto nos han hecho zozobrar más de una vez, seguramente hemos perdido la línea a seguir. Nada mejor que un pequeño parón para volver a recuperar la perspectiva. La mente y el cuerpo lo necesitan pues son años duros de mensajes negativos, de contextos asfixiantes y al final aunque digamos que somos resilientes y fuertes no dejamos de ser humanos. Por lo tanto, por un lado está la sana desconexión. Pero por otro, más allá de los aspectos de salud, está el volver a recuperar el timón de hacia dónde queremos y podemos ir.
En el año solemos tener algunos espacios personales que nos permiten volver a plantearnos nuevos retos y objetivos, o sencillamente retomar aquellos que año tras año repetimos. Si algo bueno tiene todo esto es la capacidad de coger perspectiva. Es decir, de poder contemplar la vida desde un plano más abstracto y general y menos del día a día. Nuestro ritmo diario nos carga de “deberes” y rutinas que nos impiden precisamente tener esta perspectiva. Y, o tenemos un autocontrol exquisito diario, o es muy fácil sucumbir. Está claro que lo ideal es que fuéramos capaces diariamente de tener claro el horizonte. Pero ante la imposibilidad muchas veces nada mejor que retomar el rumbo al menos un par de veces por año.
La perspectiva como tal es muy saludable pues ayuda a relativizar aquellas cosas que en el día a día hemos comenzado a considerar como “muy” importantes. Y que con perspectiva nos damos cuenta que no lo eran tanto. En el fondo, el ser humano es muy adaptativo a sus circunstancias, ya lo decía Ortega, no hay uno sin la otra. Y esas circunstancias nos hacen olvidarnos de proyectos más globales, menos del día a día, pero seguramente más importantes o transcendentes para todos nosotros. ¿Cómo no perder el hilo? ¿Cómo no sucumbir? Sencillamente con perspectiva, si es que lo dice el título del artículo.
Quién no ha vivido una situación realmente dramática personal o familiar y se ha dado cuenta, casi de repente, de que lo que antes era realmente intolerable o insufrible, ahora no lo es tanto. La perspectiva ayuda a relativizar. A trabajarnos más los valores para que nos sirvan de guía a nuestros comportamientos.  Y que sigamos siempre en coherencia con nosotros. Por lo tanto, la perspectiva también nos ayuda a ser más fiel a nuestro propio proyecto personal.  

Bueno, voy a coger perspectiva unos días, permitirme que espacie más el blog ahora en verano, pues sólo así llegaré con renovadas energías y pensamientos. 

1 comentario:

Javier Fe-Castell dijo...

Gracias Roberto por tus comentarios siempre oportunos. Por cierto, puedes recomendar alguna lectura que nos ayude a coger perspectiva, por favor?
Un saludo y que tengas buenas vacaciones!
Javier