Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

martes, 6 de agosto de 2013

¿DEBERÍA UNO SER VOCACIONAL EN SU TRABAJO? TODO UN LUJO CLARO...

No todo el mundo está a gusto en su trabajo, eso es más que obvio. Ni todo el mundo ha elegido el trabajo en el que está, y en muchos casos ni coincide con su orientación profesional. Está claro que uno NO necesariamente es vocacional en su trabajo. Pero muchas veces insistimos de la importancia de trabajar en aquello que nos inspira y motiva. Hoy en día es un lujo trabajar en lo que te gusta, lo se. Pero ¿qué hacemos? ¿Nos quedamos parados cruzados de brazos consolándonos?
Aunque no estemos donde más nos gusta, no por ello debemos de dejar de luchar y persistir para orientar nuestro trabajo a aquello que más nos satisface. Aunque dure uno, dos, tres, cuatro, cinco o diez años. Pero ¿por qué tanta obsesión con la vocación? Fundamentalmente por unas cuantas razones. El profesional vocacional ama el trabajo que hace por lo que cuida los detalles, da siempre más de lo que se espera de él, duplica y triplica la productividad de otro trabajador, irradia felicidad y la comparte generosamente mejorando el clima, duerme mejor y rinde más, innova más, aporta más ideas a la organización y comparte más información del producto o servicio, comprende mejor el producto o servicio, se relaciona mejor con otros profesionales, conoce mejor el sector, sonríe más y por lo tanto tiene menos enfermedades, tiene menos absentismo, está más comprometido y satisfecho, tiene más posibilidades de promoción en organizaciones que se gestiona el talento, anticipa mejor los posibles problemas y esta más orientado a resultados… Si después de todo esto no pensamos la importancia de ser vocacional en el trabajo, igual es que pensamos que el trabajo es un mal y que por eso tenemos que sufrir para poder llevarlo. Cada vez más se está distanciando la vocación del trabajo y eso afecta ya no solo a una empresa u organización, sino incluso a la competitividad de un país. Por eso, piénselo, nunca es tarde para reorientar su trabajo y seguir formándose e invirtiendo por aquello que realmente nos apasiona. Y si al final de años no lo encontramos, al menos no podremos decir que no lo hemos intentado, al menos que no quede por nosotros. Aparte que dudo que con el tiempo no de sus frutos su reorientación profesional. Todos hemos trabajado en cosas que no nos gustaban especialmente para ser independientes económicamente, por eso, no se conforme, desde su realidad siga luchando por encontrar ese trabajo donde su proyecto vocacional pueda coincidir con el de alguna empresa u organización. Pero siempre con los pies en la tierra y con la mirada en el cielo…


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